El periodista de Todo Noticias afirma que «la Argentina involuciona», que el Uruguay «tiene una sociedad disciplinada» y que el «poder está obsesionado con el periodismo». A sus 65 años conduce el programa de viajes «El corresponsal», que lo llevó a cubrir los hechos más sobresalientes de los últimos años. El también médico relató como atravesó la enfermedad de Covid-19.

De las ruinas de Chérnobyl, la ciudad ucraniana arrasada por el peor accidente nuclear de la historia, a las violentas manifestaciones callejeras en Quito, Ecuador, pasando por la NASA en las celebraciones de los 50 años de la llegada del hombre a la Luna, hasta el muro fronterizo que divide países y vidas entre México y Estados Unidos. En el incendio de la catedral de Notre Dame en París y en los incendios de la Amazonía brasileña. Los últimos años del periodista argentino Nelson Castro, estuvieron marcados por los viajes a los puntos más calientes del planeta para reportar desde el lugar de los hechos. Por la pantalla del canal de noticias TN (Todo Noticias) Castro es y presenta «El corresponsal», su último éxito televisivo.
«Me sorprendió el impacto que tuvo, no esperábamos esa respuesta», afirma desde su casa en Buenos Aires al programa Otra mañana de radio Oriental sobre su nueva producción. Dice que su clásico programa de política local, «El juego limpio», se había agotado y buscaba volver a su esencia de reportero, que lo tuvo, por ejemplo, en Nueva York el fatídico 11 de setiembre de 2001, el día de los atentados contra las Torres Gemelas.
No era esa la primera vez que viajaba a los Estados Unidos. A finales de la década de los 80′ estuvo en el gran país del norte realizando un máster de periodismo político. Allí aprendió algunas lecciones sobre la profesión que lo marcaron para siempre. Una conferencia de prensa en la Casa Blanca le permitió comprender el rol que el periodismo juega en una sociedad democrática. «Me tocó preguntarle al presidente Ronald Reagan por el «Irán-gate» (escándalo por la venta ilegal de armas a Irán por parte de altos funcionarios de la administración estadounidense) y el mandatario me dijo que no iba a contestar por ser una pregunta capciosa. En ese momento se paró el periodista acreditado por el diario The New York Times en la Casa Blanca y le dijo al presidente: `Usted no está acá para juzgar la calidad o intencionalidad de nuestras preguntas, si no para responderlas’. Reagan pidió disculpas y respondió». Fue algo que le hizo un click a Nelson Castro. «Me marcó un estándar de comportamiento de lo que debe ser nuestra conducta frente al poder y los poderosos», reflexionó.
También en Estados Unidos, el periodista y médico argentino entendió que la salud de los presidentes es cuestión de estado y por ende información de interés público. El propio Reagan atravesaba un cáncer de colon hacia el final de su mandato y Nelson fue testigo de la claridad, el detalle y la transparencia con la que los medios informaban sobre el jefe de estado.
Fue un tema de salud, justamente, el que lo catapultó a la masividad en Argentina, cuando, en el horario nocturno de la televisión abierta, en un reconocido programa periodístico, dio detalles precisos del quebranto de salud que sufría el entonces presidente Carlos Menem, quien había sido internado en una clínica por la obstrucción de la carótida derecha. «Esos temas eran tabú», añade. Era el año 1993 y fue el final de su carrera como médico neurólogo. Atrás quedaban la Medicina y el periodismo deportivo para Castro, quien ingresaba de lleno en las grandes ligas del periodismo político argentino. Escribiría luego sobre la «hibris», la enfermedad que genera el poder en algunas personas y sobre la salud de los pontífices de la Iglesia Católica, entrevistando al actual Papa Francisco, entre otros.
A pesar de haberla abandonado, algunas cosas de la Medicina le han servido en su vida periodística. «El estudio médico implica la formación en el método científico y te ayuda mucho a ordenar el pensamiento, te ordena tu vida porque terminás aplicando criterios, enfoques, comportamientos a distintas áreas. Además, el sistema deductivo-inductivo en el periodismo me sirvió para analizar, deconstruir, desmenuzar los hechos, ir a una síntesis y a una conclusión», reflexiona.
El doctor Nelson Castro hace un «diagnóstico» del periodismo actual: «El presente y el futuro van a hacer del periodismo una profesión de gran importancia. Las redes sociales no han significado una mejora de la comunicación y van a exigir periodistas para decodificar la información. Eso sí, se va a requerir de periodistas más calificados, para trabajar con gran rigurosidad con chequeo de las fuentes y va a exigir mucha honestidad intelectual para ofrecerle a la sociedad la verdad o la realidad de la manera más amplia».
La figura de Nelson Castro es reconocida en el Uruguay dada la fuerte penetración que tiene Todo Noticias en los televisores de cientos de familias uruguayas que se informan a través del canal argentino. Alto, delgado, serio, canoso, siempre de traje y corbata, afable, Castro no es el típico periodista gritón, enojado, extravagante que pueblan los programas políticos de la vecina orilla. Sin embargo, sus editoriales y entrevistas, respetuosas pero incisivas, se convirtieron en un dolor de cabeza para los políticos. Y el público lo respeta, lo admira y hasta le expresa cariño.
Durante el kirchnerismo sufrió amenazas y escraches. Su crítica mordaz a los gobiernos de Néstor y Cristina, caracterizados por la corrupción y el autoritarismo, le valieron enemigos y aplausos de un lado y otro de la grieta que se instaló en la sociedad argentina. Lo paradójico es que cuando Mauricio Macri llegó al poder, muchos lo tildaron de «kirchnerista» por las críticas que ahora recaían sobre el nuevo gobernante. «Frente a situaciones similares hay que tener opiniones similares. Yo critiqué la situación económica de Macri porque hizo muchas cosas iguales al kirchnerismo. Vivimos un tiempo de relativismo moral donde las cosas son buenas o malas según quien las haga; eso es un peligro», afirma tajante.
A lo largo de la conversación hay una palabra que se repite: «honestidad». «Cuando sos honesto, sos inexpugnable», afirma Nelson Castro y agrega: «Hoy el poder está obsesionado con el periodismo, como ayer y anteayer. Tenemos que tener una conducta ciudadana muy importante. No hay cosa peor para el poder corrupto que la honestidad, es un antídoto. Siempre les digo a los jóvenes, el poder tienta a los periodistas, no cedan a las tentaciones y tengan distancia del poder, a mi me ayudó», asegura.
«La argentina está en un proceso de involución, atrasa, su dirigencia atrasa. El país necesita un acuerdo político grande, duradero, con políticas de estado permanentes, gobierne quien gobierne», analiza el periodista sobre su nación. Su visión es pesimista, cree que la debacle se perpetúa desde el gobierno de Ricardo Alfonsín. «La pobreza está en un 40% hoy, se triplicó desde la salida de la dictadura y la clase política es la responsable», señala.
El corresponsal no puede viajar. La pandemia de Coronavirus dejó inmovilizado en Buenos Aires a Nelson Castro, de 65 años de edad, quien realiza su programa desde los estudios de TN y Canal 13. Su experiencia como médico lo puso en un lugar destacado a la hora de informar sobre la Covid-19 y su palabra es escuchada. Pero el virus no reconoce de títulos ni de trayectorias y una pequeña afonía lo alertó. Tras realizarse el test, dio positivo a la enfermedad. «Me sentí bien, tranquilo. Yo me cuido mucho pero la presencia del Coronavirus es impactante y esta segunda ola tiene un poder de contagio muy grande», relató. Tras un estricto aislamiento, fue dado de alta.
«El 2020 dejó una gran lección sobre la ignorancia de la política y la desaprensión de esta hacia el conocimiento. La pandemia fue anunciada en agosto del 2019 por un panel de expertos que alertó sobre la posibilidad muy seria que una variedad de Coronavirus pasara a los humanos. En 2018 ya había habido una advertencia sobre esto. Nadie los escuchó. Cuando las reacciones son tardías son malas», apuntó.
La visión que hay de Uruguay desde Argentina «es envidiable», asegura el periodista. «Uruguay tiene dos elementos muy interesantes: una sociedad disciplinada, que le hace caso a los gobernantes y una dirigencia política que da ejemplo de convivencia y respeto. Es un paso superior, en Argentina una foto con expresidentes juntos es imposible», lamentó.
Nelson Castro tiene la valija pronta para volver a viajar. Mientras, estudia música clásica y se prepara para convertirse en director de orquesta, una pasión tan grande para él como el periodismo y la Medicina. A aquel que le dijeron que nunca iba a poder salir en televisión a causa de unas cicatrices que tiene en el cuello, lleva más de 30 años en pantalla, con un estilo propio, con el respeto del público y hasta con un Martín Fierro de oro, el premio más importante de la comunicación argentina, por su labor en el medio. «Esta carrera es como una maratón y está llena de éxitos y fracasos; no hay que desanimarse».