Gabriela Bravo es testigo directo de lo sucede en el primer lugar del mundo que comienza a liberarse del tapabocas.
El pasado 18 de abril Israel comenzó a levantar las exigencias impuestas a la sociedad en el marco de la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19. Luego de haber vacunado a más de 60% de su población logró la tan ansiada “inmunidad de rebaño”, lo que ha disminuido notoriamente el número de contagios y que este 23 de abril registrara la primera jornada sin muertes causadas por el virus.
Todo esto ha hecho que las autoridades comiencen a levantar restricciones. Ya no es obligatorio usar el tapabocas en espacios abiertos y los bares, restaurantes y playas lucen repletos. “El proceso no fue fácil”, pero “ha sido muy interesante de observar”, reconoce Gabriela en diálogo con San José Ahora desde Jerusalén, al tiempo que indica que “el cambio fue bastante de repente”.
“Ahora parece que volvemos a la normalidad, hay gente a la que todavía le cuesta”, señala, al tiempo que destaca que “fue muy efectivo el sistema de vacunación”, habiéndose establecido estaciones para vacunarse cada 300 metros.
“El efecto más grave que ha tenido la pandemia en la sociedad es la depresión”, dice, pero agrega que si bien “la pandemia sacó lo peor de todos nosotros, también sacó lo mejor”.
“Lo más importante es no entrar en el miedo, el miedo genera estrés, el estrés debilita el sistema inmunológico y eso nos hace mucho más sensibles al Covid-19. Mantener el optimismo, estar afuera, disfrutar del aire libre y mantener el optimismo. En Uruguay los cosas siempre llegan más tarde que en el resto del mundo, las cosas buenas y las cosas malas, pero Uruguay tiene la ventaja de que en definitiva entra en la peor etapa, en la más difícil, pero con mucho más conocimiento del que nosotros entramos, en Israel nos cayó bastante como una bomba esto, las cosas no se cerraron a tiempo, no se estaba preparado… Uruguay tiene la experiencia que el mundo le está reflejando, la inteligencia, yo realmente confío en que va a estar todo bien y que van a salir sin pagar un precio muy alto”, reflexiona.
Gabriela cerró la entrevista dirigiéndose a los josefinos: “Cuídense unos a otros y no solamente con el tema de la mascarilla, estén atentos a las necesidades del otro, ayuden a la gente a combatir la soledad, traten de mantenerse optimistas, no pierdan el sentido del humor. Si hay algo de lo que estoy orgullosa de mi pueblo es del sentido del humor. Sigan riéndose, es simplemente un desafío, nosotros florecemos de los desafíos, la sociedad puede florecer de los desafíos”.