Pide “disfrutar la vida lo mejor que se pueda y cuidarnos entre todos”.
Bruno Solari tiene 26 años y vive en San José de Mayo. Tiempo atrás, ya en el marco de la pandemia, fue a la playa y al regresar a su hogar lo hizo sintiendo un fuerte dolor de cabeza. Al otro día se hisopó y 24 horas después le confirmaron que había contraído COVID-19. ¿Dónde, cómo y quién se contagió? No sabe. Pudo haber sido su padre que trabaja en el frigorífico, su madre que trabaja en un jardín, cuando disfrutaba de sus vacaciones o varias posibilidades más, lo cierto es que contrajo el virus y pasó a engrosar las estadísticas de la pandemia.
“Me puse muy nervioso y fue muy difícil asumir esa responsabilidad”, recuerda Bruno en diálogo con San José Ahora. Los primeros dos días transcurrieron con cierta normalidad hasta que comenzó a faltarle el aire y debió ser derivado al CTI de la Asociación Médica de San José. “Dale bruno dale Bruno. Respirá Bruno”, le pedía y alentaba un enfermero de la mutualista al que escuchó claramente porque en todo momento “estaba consciente”.
“Yo estuve consciente siempre, estaba medio volado por la falta de oxígeno pero vi todo lo que me hicieron. Aluciné mucho la primer semana, una locura mi cabeza. Pensaba de acá me voy mañana, me quería parar pero no me podía mover porque no tenía fuerza en el cuerpo”, rememora.
En la sala del CTI “tenés un relojito en frente tuyo, lo mirás y no pasa más la hora, como que no se mueven las agujas, lo único que escuchas es el tik tok de la computadora… estás prácticamente solo”. Bruno destaca que le dejaron estar con el celular durante la internación, lo que le permitió seguir en contacto con sus familiares y amigos, además de recibir los partes de los médicos mediante video llamadas.
Finalmente, luego de un mes de internación, Bruno volvió a su casa recuperado, pero las secuelas se hacen sentir. “No puedo caminar muy rápido, no puedo hacer mucha fuerza porque me sigo ahogando. De esto no me voy a poder recuperar del todo 100% pero por suerte vengo bastante bien”, dice con optimismo.
Para cerrar recomienda “disfrutar la vida lo mejor que se pueda y cuidarnos entre todos, no hay que mirar mi burbuja, sino también la burbuja de los demás”.