La bioconstrucción es una alternativa cada vez más utilizada en el mundo. Uruguay y el departamento de San José no escapan a esa realidad, por lo que en San José Ahora decidimos conocer un poco más de esta movida arquitectónica, que se caracteriza por ser una de las más amigables con el medio ambiente. Para eso consultamos a uno de sus principales mentores a nivel departamental.
Pablo Molina tiene 32 años y es oriundo de San José de Mayo. Luego de cursar sus estudios de contabilidad, en el año 2014 viajó a Brasil buscando nuevos horizontes. Ahí conoció personas que le hicieron ver otras alternativas y lo enriquecieron desde el conocimiento, como él mismo cuenta:
“En 2014 partí para Brasil y me quedé viviendo por aproximadamente tres años. En mi estadía emprendí conjuntamente con amigos un proyecto turístico, dentro del que se apostaba a la elaboración del mobiliario de la posada con materiales reciclados o de bajo costo como palets, cajones, plástico, etc. Fue entonces que nuestros huéspedes empezaron a ser personas que se dirigían a villas ecológicas donde se realizaban voluntariados; a su regreso, éstos compartían lo vivido con nosotros y de a poco fue despertando un interés que no paró de crecer.
Una vez que finalizó el proyecto turístico volví a Uruguay y me radiqué en el este del país, en Rocha, que es una zona donde la construcción ecológica se ha desarrollado significativamente, sobre todo por gente de la zona que se vuelven auto-constructores por la necesidad de hacerse de un hogar. Una de estas personas era un amigo y su pareja embarazada, por eso fue necesario construir rápidamente su vivienda en lapsos sumamente cortos y fue así que la construcción en madera y barro surgió como la alternativa más viable para cumplir con el objetivo.
Tras la motivación que me generó participar en la construcción de esa casa, a los pocos meses volví a Brasil, al sur del estado de Bahía, para trabajar con un colectivo de jóvenes profesionales que intentaban meterse en el mercado de la bioconstrucción; con ellos me profesionalicé y aprendí a elaborar y emprender lo que es un proyecto profesional así como también uno de autoconstrucción como lo es el proyecto que estamos realizando en San José de Mayo.
Ya hace dos años que estoy radicado nuevamente en Uruguay a causa de proyectos permaculturales, donde hice mi casa, realicé el pozo semisurgente, recolecto el agua para abastecerme, planto mi propio alimento, entre otras actividades ligadas a la permacultura”, detalla Pablo Molina, quien aclara que “un proyecto de autoconstrucción puede ser poco costoso, pero si se contrata una obra profesional no es barato como muchas veces se piensa”.
San José Ahora: ¿Qué es la bioconstrucción?
Pablo Molina: “En mi opinión es la organización de una gran cantidad de recursos (naturales, materiales, humanos, económicos, entre otros) necesarios para llevar a cabo la materialización en este caso de una construcción natural. Así se busca un tipo de construcción más sana y menos nociva para la naturaleza, que repercute en el acceso a una mejor calidad de vida, no solo a nivel individual sino también colectivo. En este sentido, la bioconstrucción no se reduce a recolectar, reciclar y darse maña, sino que se trata de una fuente de formación ecológica que si no la tomamos como tal, no será posible mitigar los efectos destructivos de la acción humana. La bioconstrucción es una de las ramas que comprende lo que se conoce como permacultura, es decir: un proyecto mayor que abarca el auto sustento en su más amplio sentido”.
San José Ahora: ¿Se materiales usan en biconstrucción?
Pablo Molina: “Se utilizan todo tipo de materiales que se obtienen del entorno donde se va a realizar la obra y pueden ser de los más variados, desde la propia tierra, vidrios, hierros viejos, piedras, madera, botellas de plástico que se convierten en “ecobloques” al ser rellenados con nylon y otros materiales que no son biodegradables, entre otros que no alcanzo a imaginar porque el entorno siempre te sorprende con materiales inesperados que ponen a prueba la capacidad y creatividad de cualquiera”.
San José Ahora: ¿Qué posibilidades da la bioconstrucción?
Pablo Molina: “Con respecto a las ventajas más tangibles que se pueden experimentar en una obra y viviendo en una casa construida con este método, se encuentran las facilidades para realizarla ya que solo necesita de una persona que tenga la experiencia necesaria para guiar el proceso, la biodegradación de la construcción que no genera escombros porque el barro es reutilizable y por ende, no contamina; la regulación natural de la humedad propicia para los seres humanos, que hace que el hogar sea cálido en invierno y fresco en verano, entre otras ventajas. Con respecto a la vida útil de las bioconstrucciones, el boom del avance de esta disciplina y su profesionalización ha llevado a la búsqueda de equiparar la calidad y longevidad que alcanzan las construcciones hechas con materiales industriales o convencionales. Lo que hoy existe es más bien una mala prensa de aquellos que ven amenazado sus negocio industrial y contaminante”, concluye Pablo. /Por César Reyes
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