«Era una relación de acoso constante y de persecución», sostuvo el profesional.
El ahora detenido, tras secuestrar y asesinar a Mariana -con quien había tenido una relación de tres años- se comunicó con Marcelo, el padre de la joven, preguntándole cómo estaba ella y asegurándole que la extrañaba.
Mariana Rivero recién se había graduado de la Escuela de Enfermería y tenía el deseo -como todo joven- de conseguir un trabajo relacionado a lo que había estudiado. Pero cualquier sueño que tuviese y lo mucho que se esforzó para conseguirlo hoy ya no importa, porque su expareja, de 26 años, la asesinó, desmembró y enterró.
Mariana no estará en el brindis familiar de fin de año, tampoco sus amigos podrán planear una sorpresa para su próximo cumpleaños. Ahora les queda pedir Justicia y que a su femicida «se le aplique la pena máxima», aseguró a Telemundo el abogado Ignacio Durán, que representa a la familia de la joven de 24 años, cuyo cadáver apareció el miércoles de noche. La pena prevista para este tipo de crímenes es de entre 15 y 30 años.
«Eso fueron lo que nos pidieron encarecidamente, que no quieren ningún tipo de compasión para con la situación», expresó Durán, quien se refirió a las «connotaciones bastantes perversas» del caso.
Es que el ahora detenido, tras secuestrar y asesinar a Mariana -con quien había tenido una relación de tres años- se comunicó con Marcelo, el padre de la joven, preguntándole cómo estaba ella y asegurándole que la extrañaba, relató Durán. «Es perverso los entretelones de todo esto», reafirmó.
Su tía Leticia no duda en calificar la relación que tuvo su sobrina como «muy tóxica». Y si bien su familia le advirtió a Mariana sobre este vínculo, a ella le costó cortarlo. Un día estaba segura de dejarlo, pero al otro prefería darle otra oportunidad.
El ahora detenido había llegado a crear perfiles falsos de redes sociales para espiarla. «Era una relación de acoso constante y de persecución», sostuvo Durán. Su familia le sugirió, incluso, que lo denunciara.
Hasta que por fin el viernes 20 de octubre Mariana tomó la decisión: salió de la casa de su padre a Tres Ombúes, donde vivía él, resuelta a llevarse todo lo que le quedaba de la casa de su expareja y así poner un punto final a la relación.
Fue el último día que se supo de ella, estuvo 19 días desaparecida. Su familia la estaba esperando, pero no volvió. La Policía encontró su cuerpo desmembrado enterrado cerca de la playa de Punta Yeguas. Hasta allí los guio su asesino, que confesó el crimen.
Si bien, Durán consideró que aún hay «mucho hermetismo» en torno al caso, adelantó que la joven dejó su whatsapp web abierto en la computadora y su padre «pudo hacerse de información para aportar a la Policía».
Mariana ya no está y su familia, en un segundo, quedó destrozada. Ahora solo les queda esperar a la audiencia judicial para ver a la cara al femicida y exigir justicia.
La investigación de este caso está a cargo de la fiscal Valentina Sánchez y si bien aún quedan pericias pendientes, todo indica que en la jornada de este viernes el hombre -que actualmente está detenido- sea imputado.