Lo más inmediato sería el 5 de julio, pero serían “escasas”.
El Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) detalló para cuándo se pueden esperar lluvias, teniendo en cuenta la crisis hídrica que azota al país. «Lamentablemente, malas noticias vinculadas a esta situación deficitaria que tenemos», adelantó el meteorólogo Néstor Santayana a Telemundo.
«En principio vemos el pasaje de una perturbación atmosférica el día 5 de julio, que podría dejar algunas precipitaciones pero serían escasas, sobre todo en el sur del Río Negro», expresó.
Según Inumet, la situación que afronta Uruguay «está muy vinculada al fenómeno de La Niña», que en la región siempre «da esa señal deficitaria en cuanto a precipitaciones». También, tiene que ver con «la variabilidad natural de la atmósfera» y «no tanto con el cambio climático».
En cuanto a las temperaturas, según Santayana, ascenderán a partir de este viernes y hasta el próximo martes. «Son jornadas bastante agradables esos primeros dos días de las vacaciones, lunes y martes de la próxima semana», sostuvo.
«A partir de allí, lo que prevemos es que comience a descender la temperatura, no se prevé de momento una ola de frío, pero sí temperaturas que estén dentro de lo normal para lo que es el mes de julio», agregó.
Según el registro de Inumet, en las últimas horas se registraron precipitaciones de cerca de 100 milímetros en algunas localidades del centro del país. Sin embargo, esta semana en el área metropolitana ha llovido menos de un milímetro.
Con este escenario, la reserva de agua en el embalse de Paso Severino, sobre el río Santa Lucía, continúa bajando, como desde hace semanas. Actualmente, hay 1.652.547 metros cúbicos de agua, de una capacidad total de 67.000.000 metros cúbicos: esto significa un 2,47%.
A principios de esta semana, esa cifra estaba en 2,85% del total. Y alcanza con ver junio para ver lo preocupante de la caída: al 21, el embalse contaba con una reserva de 4,11%; al 14 en 5,6%; al 9 de junio en 6,5%.
Con este escenario, OSE busca de forma desesperada “estirar” lo más posible esa reserva de agua dulce. Por eso, hace ya varias semanas comenzó a mezclar el agua dulce disponible con tomas más cercanas al Río de la Plata; es decir, de agua más salada.