“Seguimos siendo de segunda clase”.
En el marco de una conferencia de prensa que brindaron en la pasada jornada, con motivo del Día del Trabajador Rural, los dirigentes de la Unión de Trabajadores Rurales y Agroindustriales del Uruguay (UTRAU) Germán González y Julio Méndez expresaron su preocupación por la intención de algunos empresarios de dejar sin efecto la ley que establece el régimen labora de 8 horas para el sector.
Méndez, en particular, dijo que se trata de empresarios que se sienten «apoyados» y «apañados» por «este gobierno, que ha dicho que son los malla oro. Sí, son malla oro en pagar bajos sueldos y por pretender ante el Parlamento que se revean las 8 horas del trabajador rural porque no se ajustan a sus necesidades«, subrayó.
El dirigente consideró que los trabajadores rurales «seguimos siendo de segunda clase» y señaló que una muestra de ello es que «se siguen dictando normas y leyes sin tomarnos en cuenta»,
Como ejemplo, mencionó el proceso en marcha para reformar la seguridad social. «Si uno revisa los informes que han salido, no se habla nada de la Caja Rural. No se habla de los trabajadores rurales», afirmó.
«Recientemente, en plena pandemia, el gobierno otorga cuatro horas a los trabajadores para que se puedan ir a vacunar, sin tener en cuenta, otra vez, que los trabajadores rurales no cuentan con la movilidad que hay en las ciudades. Por tanto, esas cuatro horas, para el trabajador rural, son a costa de su propio bolsillo«, lamentó.
Para Méndez, este tipo de hechos son «ataques que lleva adelante este gobierno neoliberal», que tiene otras muchas caras.
«Hasta hace unos años, los trabajadores rurales podíamos acceder a los terrenos que daba el Instituto Nacional de Colonización. Ahora, se está desfinanciando el Instituto y no solo eso si no que, con las modificaciones que se le han introducido en la LUC, se le permite a los amigos de los políticos, es decir, a los grandes hacendados, que puedan acceder a mas tierras», afirmó.
En este marco, Méndez llamó a los trabajadores del sector a organizarse, «como lo ha hecho la ARU hace más de 100 años. Nosotros también tenemos que pelear por nuestros intereses», concluyó.