En la cuadra no había un solo ejemplar; ahora tiene 12 lapachos rosados.
La iniciativa fue de los propios vecinos, que contaron con el apoyo de la Red de Agroecología y San José Más Verde.
Los lapachos fueron implantados en los canteros ya existentes, aunque fue necesario «abrir» algunos de ellos sobre los que se había colocado baldosas encima.
En declaraciones a Otra Cabeza, Ana Laura Salles, una de las promotoras de la idea, dijo que ese tramo de Ciganda es «intransitable» y afirmó que debido a la falta de sombra «en verano no se puede caminar».
Debido a ello, comenzó a contactarse con quienes residen en la cuadra, logrando una receptividad que desembocó en la actividad de esta mañana.
Salles explicó que la elección del lapacho fue producto de una conversación mantenida con Fernando Romero, con la intención de buscar ejemplares adecuados al objetivo buscado y que no dañaran la veredas.