En conferencia de prensa, afirmaron que la empresa incumple lo acordado en los Consejos de Salarios.
De la instancia realizada fuera de la planta industrial del kilómetro 46 de ruta 1, participaron Beatriz Tamiel, Ricardo Jaureguy y Daniel Valdez.
«No se están respetando determinadas cláusulas del convenio colectivo que está vigente, en un contexto en el que venimos siendo afectados por el seguro de paro”, informó inicialmente Jaureguy.
Según relató, la empresa «decidió afectar por el lado del presentismo a la masa de trabajadores y eso se vuelca a una reducción directa del salario». El presentismo representa el 12 por ciento del sueldo.
Jaureguy indicó que esto afecta particularmente a quienes están retornando a sus puestos de trabajo: «lo hacen muy afectados económicamente por el tiempo que estuvieron en el seguro de paro y al volver se encuentran con una rebaja salarial«, subrayó.
En otro orden, el dirigente indicó que, además, «en la planta se ha naturalizado el agravio, el acoso y el maltrato hacia determinadas funcionarias mujeres por parte del Coordinador».
«Alguna líder también se suma a estas prácticas, que nos parecen graves, porque en las últimas semanas se ha vuelto algo bastante repetitivo y naturalizado», añadió.
«Hay destrato, hay acusaciones, hablan con tono fuerte; hay compañeros que han tenido que salir a apaciguar las cosas, porque ese maltrato distorsiona todas la línea de producción», aportó Tamiel.
La sindicalista indicó que, debido a ello, «se le solicitó a los abogados de la empresa que hable con los representantes para que apacigüe las aguas, porque nos tenemos que respetar entre todos, esto es de ida y vuelta. Nosotros los tenemos que respetar a ellos y ellos a nosotros, tener un cargo superior no les da derecho a venir a maltratar», consideró
Valdez agregó que algunos trabajadores han “llegado al punto de tener que hacer guardia en la línea de trabajo, por el maltrato que hay”.
“Hacemos guardia y no pasa nada, pero nos vamos y de inmediato molestan a las compañeras. Vienen, le sacan las sillas a prepo, las tratan mal, las compañeras terminan descompensadas y eso es algo que estamos viendo todos los días«, afirmó.
CALIDAD. A esto, los trabajadores le suman otra preocupación, que es la calidad del producto que están elaborando. «Hay determinadas políticas o standars de calidad que se tienen que cumplir, que no se están cumpliendo. La empresa nos traslada un escenario en el que se insiste en la calidad, pero vemos que eso se está poniendo en riesgo», afirmó Jaureguy.
«Eso no nos favorece para nada, no queremos pasar por un episodio semejante al ocurrido con Takata (que fue absorbida por Joyson luego de un escándalo mundial con las bolsas colocadas en Europa y Estados Unidos), mucho menos en Uruguay», alertó.
En este sentido, señaló que los trabajadores han podido constatar que «determinados mandos medios de la empresa han mandado a parte del personal a desalinearse de los procedimientos para desarrollar prácticas diferentes a lo que está establecido y contemplado como seguro en el proceso productivo».
«Hay compañeros que están haciendo controles de actividad sin entrenamiento; antes había toda una preparación previa pero ya no se hace. Vemos que se está poniendo en riesgo el trabajo de 500 personas», sostuvo.
“Queremos que quede bien claro que si hoy o mañana perdemos un cliente por el tema de la calidad, no es negligencia del trabajador, que sólo se está guiando por las directivas que da la empresa”, culminó Jaureguy. / En base a La Semana de Libertad