Lo llaman “el taxista informante” de San Juan, pero su nombre es Armando Osvaldo Garces Clavijo. Diario Tiempo de San Juan, donde vive y trabaja, contó su historia.
Hay profesiones con las que se nace y que te acompañan el resto de tu vida, que despiertan las pasiones más rezagadas y olvidadas y es que a la larga resulta imposible tenerlas sumisas. Al taxista Armando Osvaldo Garces Clavijo (53) le pasa esto con el periodismo. El hombre oriundo de Uruguay y radicado en San Juan hace varios años tuvo varios oficios a lo largo de su vida, pero nunca dejó de lado su pasión por informar. Por estar en el lugar de los hechos y sentirse una parte esencial en el proceso periodístico.
Todos los días cuando sale a la calle a trabajar como taxista también lo hace como movilero de exteriores. «En la calle pasa todo, y nosotros estamos permanentes así que vemos las cosas ahí», dice Armando al empezar a explicar su pasión por el periodismo. Y agrega que «soy un consumidor ferviente de noticias, me gusta mucho y por eso siempre le mando informaciones de choques, robos o lo que surja en la calle», afirma el «tachero» que fue consiguiendo los números de medios locales y periodistas sanjuaninos y hoy tiene su propia agenda. Que cabe aclarar, no es solo exclusivo de Tiempo de San Juan.
«Son como 6 diarios y radios a los que le paso información y hay muchos que ni me agradecen, pero bien que publican las fotos que les paso», dice Armando entre risas largando un «palito» a los colegas periodistas que no citan fuente.
En el siguiente video conocelo en acción:
Armando nació en 1967 en el departamento oriental de San José de Mayo y de grande se fue a Montevideo. El 22 de enero de 2007 cruzó el charco y se vino a Argentina. «Yo era un tipo muy bohemio, viajaba mucho, estuve en Chile un tiempo pero con la última etapa de la dictadura me asuste y me quise ir», cuenta sobre el inició de un viaje por las montañas que lo trajo a nuestra provincia.
«Conocí San Juan bajando por Uspallata con un bolcito en el año 91 y haciendo dedo aparecí en una zona que se llamaba Barreal. Y de ahí que me encantó esta provincia», afirmó sobre el azar que lo trajo a San Juan.
«Los primeros dos años sufrí estar en San Juan. Me acuerdo que yo tenía un bolso nada más y me acuerdo que lo primero que me compré, antes del colchón, fue un aire acondicionado, el calor me estaba matando», dice entre risas.
Con el tiempo se fue asentando, logró comprarse un auto y ponerlo en las calles como taxi que el mismo maneja. «Yo me hecho todo en San Juan, tengo mi casa, mi auto, mi pareja, mi quincho donde comparto con mis amigos, tengo todo y siempre se lo voy a agradecer a la gente», finaliza el oriental que ahora vive en Pocito. / Fuente: Diario Tiempo de San Juan