La vida de los tres marinos asesinados mientras hacían guardia en el Cerro.
Víctimas
Alan Rodríguez, proveniente de Rivera, hacía cuatro años que había logrado ser infante de marina. Antes había revistado unos meses en una unidad del Ejército en Maldonado.
“Estaba muy feliz, era su sueño”, dijo su madre a la corresponsal en Rivera de Canal 4.
Un oficial de la Infantería de Marina lo definió como “una buena persona, con ganas de superarse en la vida”.
Juan Manuel Escobar tenía 22 años de edad, había nacido en Montevideo pero se crió en el departamento de Tacuarembó. Se unió a la fuerza hace menos de un año, en septiembre de 2019.
Cecilia, la madre, lo despidió de esta forma en su cuenta de Facebook: “Mi negrito! Jamás estuve preparada para esto, jamás pensé que nos ibas a faltar. Ayer estabas y hoy me toca despedirte de la peor manera (…) gracias por el hijo hermoso que me dejaste, siempre te voy a llevar en mi corazón, para siempre juntos mi pequeño y gran amor”.
El otro riverense era Alex Guillenea: tenía 25 años de edad y cuatro hijos, uno de ellos nacido hace pocos meses. Desde hace un tiempo Alan estaba preparándose para hacer el curso de cabo de segunda, el siguiente en el orden de jerarquías en el personal subalterno de la fuerza de mar.
Francisco Guillenea, padre de Alex, no dudó en calificar el hecho como un “fusilamiento”. En declaraciones al corresponsal de canal 10 en Rivera, Guillenea agradeció el apoyo recibido por parte de los amigos y vecinos de su hijo.
“No lo podían creer, está todo el mundo abatido. Hasta que lo vea, no voy a poder creer que se haya ido mi hijo”, afirmó.
Oficiales de las Fuerzas Armadas hicieron saber su inmenso dolor por el ataque. Además, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada incrementaron su seguridad.
“Lo más triste es no tener una explicación para darle a las familias. Son muy jóvenes; no sabemos por qué murieron sus hijos”, dijo el comandante en jefe de la Armada, Jorge Wilson. / Fuente: El País – Por Pablo Melgar