El propietario del boliche La Taberna Open Bar expresó su malestar con el comportamiento que han exhibido hacia su emprendimiento las autoridades de la Dirección de Gestión Ambiental y Salud de la ISJ.
Gabriel Berrueta decidió hacer pública su preocupación luego de que el pasado lunes, sobre las 5:55 de la mañana, el titular de la repartición, Yarwynn Silveira, se hiciera presente en el baile para exigirle que cerrara sus puertas.
Aunque el decreto vigente establece que la hora de cierre es las 6 de la mañana, los boliches tienen un acuerdo con la comuna para poder generar un proceso de salida de los locales hasta 6.30, lapso durante el cual la música va bajando paulatinamente y se invita a los chicos a empezar a retirarse.
Según Berrueta, Silveira lo amenazó con multarlo en caso de no cerrar. El empresario acató pero le reclamó al Director que tenga la misma actitud con el resto de las salas bailables.
A su entender, el accionar inadecuado de las autoridades comenzó a partir de una multa que se le aplicó en febrero del 2016 por haberse excedido 15 minutos del horario preestablecido.
Como ejemplo de ello, Berrueta señaló que a comienzos de diciembre del año pasado no se le autorizó la realización de un baile con el argumento de que «el boliche atraía problemas».
Sin embargo, aseguró que una de sus principales preocupaciones es el entorno de la sala. «No me pueden decir eso sin saber las conversaciones que yo he tenido con el Jefe de Policía, que cada vez que me ha atendido me ha mostrado la mayor disposición», comentó.
El empresario dijo que desde que se le aplicó la multa «nunca más nos pasamos de 6 y 27. Y ya voy por la quinta cuota de las seis en que se me permitió pagar la multa, gracias a gestiones del Dr. (Carlos) Fajardo», responsable de la Oficina de Recuperación de Adeudos de la ISJ.
«Yo lo que quiero es trabajar y trabajar tranquilo» dijo Berrueta, quien remarcó la permanente disposición de su empresa a resolver los inconvenientes que se puedan presentar.
«Es más, estamos para colaborar con lo que sea. El domingo, durante el desfile de Carnaval, el boliche estuvo abierto y todo el que quería podía hacer uso de sus baños. O sea, por falta de disposición no es. Lo único que queremos es poder trabajar con tranquilidad», volvió a reclamar.
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