Con la sequía como asunto de principal prioridad, las autoridades de OSE volverán a reunirse este viernes para analizar diversos temas de gestión del organismo, entre ellos uno que genera polémica: el proyecto Neptuno.
Días atrás, el gerente general de la empresa pública, Arturo Castagnino, formalizó una nota que había enviado a principios de diciembre al presidente Raúl Montero, a la vicepresidenta Susana Montaner y al director Edgardo Ortuño en la que señala que lo “más conveniente” para la administración es hacer una serie de cambios al proyecto aprobado y anunciado por Lacalle Pou.
A grandes rasgos, las modificaciones que propone son tres: que la planta produzca más agua potable por día, que se construya una reserva de agua bruta (pólder) más grande y que las tuberías sean de mejor calidad.
El proyecto original ascendía a US$ 288,7 millones y preveía que la planta produjera 229 mil metros cúbicos por día. El aprobado por OSE en noviembre descendió a US$ 210 millones y producirá 160 mil metros cúbicos por día.
Ahora, la propuesta del gerente general es hacerle una serie de cambios que –si se incorporan todos– lo llevan a US$ 258,4 millones y 200 mil metros cúbicos por día.
Fuentes del gobierno dijeron que analizarán la ecuación financiera para determinar si es posible aceptar los cambios que propone Castagnino, aunque vieron “poco margen” para implementarlas.
A su vez, la decisión del gerente general de proponer cambios de cara al pliego es interpretada por el director por la oposición como un reconocimiento a los planteos que viene realizando.
La propuesta de Castagnino supone elevar la producción de agua potable a 200 mil metros cúbicos diarios mediante la construcción de 3 módulos de tratamiento adicionales por “razones de seguridad operativa y mayor eficiencia”, y aumentar la capacidad de aducción mediante una estación de bombeo intermedia.
A su vez, incrementar el tamaño de la reserva de agua que se utilizará los días en que la salinidad sea superior a la permitida. El proyecto aprobado incluye un pólder para 25 días (4 hectómetros cúbicos), pero el gerente general quiere que las reservas sean para 87 días (15 hectómetros cúbicos).
Al analizar el proyecto, a mediados de 2021, los técnicos de OSE instalaron una sonda en Arazatí que registró 86 días de salinidad por encima de lo autorizado en el año estudiado.
Por último, Castagnino propuso que las tuberías sean de “fundición dúctil” en lugar de políester reforzado con fibra de vidrio, algo que mejorará «sustancialmente su seguridad operativa y vida útil», según escribió.
Originalmente el proyecto tenía este material, pero a partir de la consultoría contratada a Mekorot, OSE la modificó. La tubería de aducción tiene 72 km de largo y además de cambiar el material, se redujo su diámetro de 1.500 a 1.200 milímetros y se eliminó una tubería de captación de agua bruta del Río de la Plata y los equipos de bombeo correspondiente, pasando de 3 a 2 tuberías. / Fuente: El Observador