El maragato removió un recuerdo de su infancia.
Jaime Clara removió un perturbador recuerdo de su infancia: el día en el que con apenas 11 años fue obligado a asistir al velorio de un niño más chico que él. El relato tuvo lugar en el programa Hacemos lo que Podemos (Universal), que contó con el conductor de Buen Día como invitado central.
La tétrica anécdota se remonta al año 1976. Jaime Clara tenía apenas 11 años y era el presidente de la Cruz Roja en la escuela 45 de San José. Por eso, un día de los que estaba sentado en la escalera de la escuela, recurrieron a él a los gritos: «Traé las llaves del botiquín porque se desmayó un niño», escuchó.
Según el relato de Jaime, él acudió al rescate del niño en cuestión, que pertenecía a una clase de 2° año y se encontraba desmayado en la dirección de la escuela. Intentó reanimarlo con amoníaco, lo que lo ayudó parcialmente a recuperar la conciencia hasta que una camioneta del ejército se lo llevó al hospital. «A los 20 minutos nos enteramos que se había muerto», recordó.
Como si la experiencia del ahora periodista no hubiese sido suficientemente traumática, su maestro de aquel entonces, Julio Salinas (padre del actual ministro de Salud Pública), le impuso que debía asistir al velorio. «Yo nunca había ido a uno y mis papás no estaban en casa», relató. Así que junto a otro compañero de la escuela, se dirigió a la casa del niño fallecido, donde tendría lugar el velatorio.
«Estaba el ataúd chiquito del niño, la madre a la cabecera observando a su niño muerto. El maestro estaba al lado», relató Jaime. Sin embargo, eso no fue lo peor. El maestro Salinas le pidió al joven Jaime que se acerque al ataúd: «Me quedé al lado de él y me hizo tocarlo. Yo estaba muy mal. Sentí mucho miedo, pavor, ganas de salir corriendo».
La experiencia afectó al periodista al punto tal que nunca pudo volver a asistir a un velorio, con excepción del de su padre y su abuelo. «Les tengo fobia, no puedo», cerró en relación a esa cruel historia de su infancia. / El País