Asisten a una preocupante seguidilla de robos.
Desde hace por lo menos un mes, la cooperativa COVIBAL viene siendo objeto de hurto cada pocos días.
Tanto viviendas particulares como el salón comunal han sido visitadas por los delincuentes con una frecuencia que no solo llama la atención a sus residentes, sino que los tiene en vilo.
Ayer en la mañana se produjo el último episodio: según lo informado por Jefatura de Policía este jueves, desconocidos sustrajeron un calefón de 30 litros y 30 sillas de PVC desde el salón comunal, al que ingresaron luego de romper uno de los vidrios de sus ventanas.
El hecho ocurrió pocas horas después de que malvivientes entraran a una de las viviendas, de la cual se fueron con una moto de alta cilindrada -valuada en varios miles de dólares- y una importante suma de dinero en moneda extranjera.
Estos dos ilícitos, sin embargo, forman parte de una seguidilla de episodios que se han dado en la cooperativa durante al menos el último mes.
Robos de motos, de garrafas, de artefactos lumínicos -tanto particulares como ubicados en espacios comunes- e incluso del tejido de una huerta con que cuenta la cooperativa, han sido solo parte de los hechos se que han dado en un lapso de pocas semanas. De casi todos hay denuncias.
Los vecinos se encuentran muy preocupados y analizan diversas formas de contener este embate delictivo. Aunque cada uno de ellos ha procurado mejorar su situación, por ejemplo, colocando rejas frente a sus casas, el panorama no ha mejorado.
«No hay vuelta. Incluso le roban cosas a la pasada a gente que viene a trabajar. Pasan y le roban una herramienta», comentó un vecino que prefirió mantenerse en el anonimato.
Mientras evalúan qué hacer, esperan también que las actuaciones policiales en curso arrojen resultados positivos y permitan dar captura y condenar a los responsables.