En una entrevista que concedió a El País, el Obispo Arturo Fajardo recordó que el papa Francisco habla de la trilogía “trabajo, techo y tierra”, como forma de definir las tres dimensiones para tener en cuenta en la vida.
“El trabajo es la primera dignidad” de una persona, sostuvo el recienemente nominado presidente de la Connferencia Episcopal del Uruguay.
-Los obispos publicaron ayer un mensaje por el Día de los Trabajadores. En este año 2019, ¿cuál es la principal preocupación?
-Este es un año muy especial por ser un año electoral. Lo que vemos con preocupación es un aumento de la desocupación. Acá se vive un momento difícil. Hoy es el día del trabajador rural y en los tambos, especialmente los tambos pequeños de San José, ha aumentado bastante la desocupación. Esto afecta a la familia también.
–¿Qué dificultades observa la Iglesia en el mundo laboral?
-Hoy en día el mundo del trabajo comporta una realidad muy compleja y amplia. Existen muchas y variadas situaciones laborales. Hay trabajadores rurales que llevan adelante sus propios establecimientos, otros son dependientes y otros son zafrales. En las ciudades hay trabajos públicos y privados. Aunque la mayoría se realizan en condiciones formales, legales y dignas; otros se alejan de dichas condiciones. Es especialmente preocupante el desempleo en general y particularmente el juvenil que “cercena en los jóvenes la capacidad de soñar y de esperar, y los priva de la posibilidad de contribuir al desarrollo de la sociedad”, como dijera el papa Francisco en la Exhortación Apostólica postsinodal. El trabajo es mucho más que una fuente de sustento. Es el ámbito de un múltiple desarrollo personal y comunitario donde se ponen en juego muchas dimensiones de la vida: la creatividad, la proyección del futuro, el desarrollo de capacidades, el ejercicio de los valores, la comunicación con los demás. Como Iglesia, como pastores, queremos animar a todos a seguir recorriendo el camino de la búsqueda de mejores y más justas condiciones laborales.
-¿Cuánto le preocupa a la Iglesia que haya una pérdida de valores en la sociedad?
-La violencia es todo un problema. El hecho de no tener trabajo genera una dificultad importante en la vida de la familia. El trabajo es la primera dignidad. El día de los trabajadores es un día de memoria y reflexión. Para los cristianos el trabajo nos hace cocreadores con Dios y partícipes de la obra de su creación. El papa Francisco hablaba de las tres T: trabajo, techo y tierra, como forma de definir las tres dimensiones para tener en cuenta en la vida nuestra.
-¿Cómo ve la Iglesia católica la nueva corriente migratoria que se ha comenzado a dar en Uruguay?
-El Uruguay es un país de migración desde el primer momento. Por eso es bueno que mucha gente pueda desarrollarse acá. Hoy viajaba en un ómnibus y me di cuenta de que había mucha gente que no es natural de Uruguay. En la medida en que venga mucha gente en busca de trabajo y dignidad, en la medida en que aporten, viene bien. Uno de los problemas que tenemos es que en Uruguay hay una población muy envejecida y todos se hacen muchas preguntas sobre el tema previ-sional en la medida en que aumentan los jubilados y descienden los aportantes. Si esta gente viene a trabajar y aportar, quizás eso nos dé una lucecita en la vida del país.
-En el documento de los obispos se hace referencia al funcionamiento de los consejos de salarios. ¿Comparten la negociación colectiva?
–Nosotros compartimos y apoyamos la negociación colectiva. Vemos que se han logrado avances en los consejos de salarios como por ejemplo la inclusión laboral de personas con capacidades diferentes, que hay mayores exigencias en materia de seguridad laboral, licencias para padres y madres, esfuerzos también en la búsqueda y que se reconocen como aspectos positivos. Este documento es como un saludo de toda la grey católica que se hace todos los años, donde se habla de la espiritualidad del trabajo, incluso del trabajador rural.
- Lee también: Preocupa a rurales escalada de sanciones y despidos