El Ministerio de Ambiente no descarta modificaciones vinculadas a la localización del Proyecto Neptuno, a partir de un informe de viabilidad elaborado por la consultora CSI Ingenieros y que fue presentado por OSE ante esa Secretaría de Estado.
El documento identifica 93 tipos de impactos, de los cuales 27 tienen potencial negativo significativo, que deberían ser objeto de una evaluación específica.
Por ejemplo, señala que el lago artificial podría modificar las corrientes superficiales y el régimen hidráulico de algunos cursos de agua, provocando erosiones y generando riesgo de contaminación de aguas subterráneas. Asimismo, podría ser factor de eutrofización de esos cursos, es decir, de contaminación por exceso de nutrientes y, por ello, de floración de cianobacterias.
El informe también advierte sobre la pérdida de vegetación por tareas de despeje y tala en zonas protegidas que cuentan con flora y fauna nativa, así como también el retiro de especies acuáticas, provocando pérdidas para las poblaciones de pescadores artesanales de la zona.
Por otra parte, también hace foco en el hecho de que las obras requerirán la expropiación de 250 hectáreas y que la tubería pasará por 114 padrones, lo que en una zona productiva puede tener impacto socioeconómico en la población, en función de pérdidas de infraestructura y renta de sus propietarios.
Al respecto, y en declaraciones a Telemundo, el subsecretario de la cartera, Gerardo Amarilla, dijo que el Ministerio está «evaluando la localización de la planta en sí, fundamentalmente y más que la toma, el pólder y la planta potabilizadora, la ubicación de los lodos, que es lo que surge como residuo luego del proceso de potabilización de las aguas. El Ministerio está analizando la ubicación de esos lodos para que no generen impacto ambiental negativo», aseguró.