En el agro, se perdieron 835 puestos de trabajo en tres años.
Los datos surgen del segundo informe del Observatorio Económico de San José, presentado este jueves en la Sociedad Productores de Leche de Rodríguez.
Se trata de una herramienta que han llevado en conjunto las gremiales empresariales del departamento -Asociación Rural de San José, Centro Comercial de Libertad, Centro Comercial de San José y Sociedad de Productores de Leche de Rodríguez- y la Intendencia de San José.
El objetivo es relevar las principales variables económicas de interés para la toma de decisiones y generación de políticas públicas a nivel departamental.
El segundo informe busca dar continuidad a los datos recabados para el primero, a fin de monitorear semestralmente la realidad económica empresarial del departamento.
Entre otros aspectos, esta edición permitió conocer el efecto que ha tenido la pandemia en la actividad económica departamental, sobre todo en lo que refiere al sector comercio, industria y/o servicios.
Desde marzo, el 27% de las empresas maragatas pertenecientes a este conjunto de sectores se vieron obligadas a cerrar temporalmente al menos 1 a 2 semanas a causa del confinamiento, e incluso el 10% de ellas tuvieron que cerrar más de un mes.
Como consecuencia, el empleo cayó considerablemente y fue el sector que más tuvo que acudir al seguro de desempleo. Entre aquellas empresas que enviaron personal a seguro, 2 de 3 tuvieron que enviar a más del 75% de trabajadores de su plantilla. Asimismo, el 42,5% de las empresas aún no han podido reincorporar a todos sus trabajadores.
En cuanto a los niveles de venta, los datos del segundo informe reflejan una contracción de este conjunto de sectores durante el primer semestre del año, donde el 57% de las empresas indicaron que sus niveles de ventas disminuyeron en términos interanuales, e incluso el 37% de ellas estiman que la caída de sus ventas asciende a un 50%.
A pesar de esto, los indicadores departamentales analizados con periodicidad más reciente (consumo de combustible, beneficiarios de seguro de desempleo, empleo por caja de aporte) indican que la actividad está transitando una fase inicial de recuperación, aunque estas señales aún son muy incipientes y con cierta irregularidad.
A modo de ejemplo, los beneficiarios de seguro de desempleo en San José, a octubre 2020 (último dato disponible), son 2.415 personas.
Si bien se trata de una cifra elevada desde una perspectiva histórica (el promedio mensual de beneficiarios de este seguro se ubicaba aproximadamente en los 1.700 previo al coronavirus), esto parece señalar que el empleo habría mantenido una recuperación moderada en octubre, dado que el pico máximo de beneficiarios del seguro de desempleo se registró en los meses de abril y mayo, cuando superaron los 5.300 beneficiarios.
Por su parte, la información recabada respecto al sector agropecuario indica que el mismo viene presentando un importante deterioro en término de empresas y empleo en los últimos años.
Específicamente en agosto 2020 se constataron 206 empresas menos respecto a agosto 2017, lo que se traduce en una pérdida de 835 puestos de trabajo en el mismo período.
Asimismo, continúa siendo el sector productivo con mayor endeudamiento del departamento debido a los problemas de rentabilidad y la falta de políticas crediticias flexibles para el sector.
A pesar de estos resultados, el nuevo año agrícola 2020/2021 comenzó con mayor optimismo debido a un dólar más alto y a una mejora en los precios de los commodities. En los últimos meses también se ha incrementado la remisión de leche a plantas industriales.
Todas estas señales positivas se han visto reflejadas en una mejora en las expectativas de los productores maragatos.
Como consecuencia, y más allá de los problemas de rentabilidad que enfrenta el sector, el documento señala que el próximo año, si no ocurren problemas climáticos importantes y se mantiene la evolución de los precios internacionales, el sector agropecuario comience una fase de mejora en los niveles de actividad y probablemente sea el sector que más pueda ayudar a atenuar la caída de la actividad económica y comercial del departamento.
SUGERENCIAS. A la luz de todos estos datos, el informe señala que tanto el sector privado maragato como las autoridades del gobierno departamental deberán enfrentar esta realidad, teniendo como guía de trabajo central la supervivencia y el desarrollo de las empresas locales, que son generadoras de fuentes genuinas de trabajo, lo que en definitiva permitirá mejorar los niveles de vida para toda la sociedad.
También indica que será fundamental generar nuevas oportunidades de inversión, dado que las empresas maragatas probablemente seguirán teniendo dificultades para contratar trabajadores, y por lo tanto el empleo presentará una recuperación más lenta que la actividad en general.
El desafío de mediano plazo no pasa sólo por dinamizar la economía local en este año atípicamente malo, sino por hacer de eso un proceso sostenible en el mediano y largo plazo y para ello –subraya- se necesita impulsar el desarrollo de nuevas inversiones en el departamento.
En ese sentido, el informe apunta que en 2019 la inversión recomendada por COMAP en San José alcanzó los 85 millones de dólares, de los cuales el 76% correspondían a inversiones de grandes empresas. Sin embargo, el empleo comprometido por estos proyectos fue tan solo de 231 puestos de trabajo.
También remarca que será importante avanzar en transformaciones estructurales, principalmente en lo referente a las desigualdades territoriales y la heterogeneidad de desarrollo en las diferentes localidades del departamento. Por ejemplo, en el 2019, San José presentó la segunda tasa de pobreza más baja del país junto con Maldonado, pero sin embargo posee 9 asentamiento irregulares, todos ellos en la zona de Ciudad del Plata.
Por último, afirma que será necesario trabajar en materia de inserción laboral y acceso a la educación para los más jóvenes, no sólo porque San José es uno de los departamentos con menor proporción de personas con niveles educativos terciarios, sino también porque la tasa de desempleo en jóvenes maragatos menores de 29 años es sustancialmente mayor al resto de la población. / En base a un resumen aportado por el Observatorio