En un comunicado, el gremio sostuvo que el optimismo del gobierno es contradictorio con el crecimiento exponencial de los casos del COVID-10 en Uruguay.
El documento, divulgado en la mañana de este jueves, es el siguiente:
«Luego de las declaraciones brindadas en conferencia de prensa en el día por el Presidente de la República en lo que refiere al posible inicio de clases en algunas escuelas rurales de nuestro país a partir del día 22 del corriente mes, puntualizamos:
1) Más allá de que se habla de posible inicio y no se lo confirma, podemos apreciar que en la página oficial del MEC ya se realiza tal aseveración, por lo que la posibilidad pasa a ser una afirmación.
2) Se visualiza un desconocimiento total de la realidad del sistema educativo en general, pero principalmente en el medio rural así como también del personal y alumnado que asisten a estas instituciones. Los actores educativos concurren a los centros, en su gran mayoría, en medios de transporte interdepartamentales, ya que no radican en el lugar donde trabajan. Se genera aquí una gran problemática no sólo por la disminución en la frecuencia de los ómnibus sino también por lo que conlleva el viajar en estos colectivos, sin tener las garantías necesarias de las medidas que en ellos se deberían considerar.
3) Carencia de materiales para que se puedan concretar las medidas de higiene que deberían tomarse a la hora de asistir a la escuela. Es de público conocimiento que las instituciones educativas no cuentan con los materiales necesarios para cumplir con ello, como ya se hizo visible en escuelas urbanas con el reparto de viandas, y que las partidas que se reciben son totalmente insuficientes para que se apliquen de manera acertada, por lo que no se brinda la seguridad a la comunidad educativa de que puedan cumplirse estas medidas. A su vez se desconoce cómo se estructura y organiza el espacio áulico para el dictado de clase, ya que cada institución tiene sus propias dimensiones y se organiza en base a ellas.
4) Que existen muchos docentes y no docentes que trabajan en este tipo de escuelas que se encuentran dentro de la población de riesgo, por lo que no se contempla su situación y se los expone aún más.
5) Que estos actores a su vez tienen familias (familias diversas que se conforman con niños y adultos mayores en algunos casos) y que pueden llegar a complicar su situación si por diferentes razones contraen el virus.
6) Dificultades complejas para dar continuidad a los procesos de enseñanza y aprendizaje, así como para el desarrollo de Proyectos Institucionales, ya que se brinda la posibilidad de que la familia evalúe su voluntad de enviar o no a los alumnos, por lo que existe una debilidad de criterios técnico pedagógicos en esta decisión.
Como directivos de AdeMU San José, expresamos que esta situación nos genera una gran incertidumbre y nos preocupa que mientras se exhorta a la población a permanecer en sus hogares y no salir para evitar la transmisión del virus, se proponga que las escuelas rurales inicien sus cursos apelando a que «debemos ser optimistas» en que la situación va a mejorar, cayendo en la contradicción de que los casos aumentan día a día de manera exponencial».