Conocé todo sobre esta inspiradora iniciativa.
En el kilómetro 18 de la Ruta 11, cerca de Ecilda Paullier, hay un rincón especial que desafía los tiempos que corren. Un pequeño puesto de frutas, verduras y huevos donde no hay vendedores… solo confianza.
Cada cliente elige lo que necesita, calcula su cuenta y deja el dinero en una alcancía. Sin cámaras. Sin control. Solo un cartel que lo dice todo: “Gracias por su compra. Gracias por su ‘Honestidad’”.
En un mundo donde la prisa y la desconfianza parecen ganar terreno, este puesto nos recuerda algo esencial: la honestidad sigue viva.