La 17.ª edición de la prueba reunió a casi 70 nadadores de todo el país y tuvo un fin solidario.
El pasado domingo, el Arroyo Cufré fue escenario de una verdadera hazaña. En la 17.ª edición de la Travesía del Arroyo Cufré, casi 70 nadadores de distintas partes de Uruguay desafiaron las aguas en una jornada de deporte y solidaridad. Pero entre todos ellos, Walter Welker se robó la atención: con 85 años, completó los más de siete kilómetros del recorrido, demostrando que la edad no es un límite cuando hay pasión y determinación.

La travesía, que este año llevó el nombre del comunicador ecildense Edyns Keel, no tiene carácter competitivo, sino que busca fomentar la confraternidad entre los participantes. Además, el evento tuvo un fin solidario, ya que la inscripción que tenía un valor de 500 pesos, será destinada íntegramente a la Fundación Pérez Scremini, que trabaja por la cura del cáncer infantil.
Welker, oriundo de la Colonia Delta (Colonia Alemana) y actualmente residente en Aguas Corrientes, Canelones, ha convertido esta travesía en una tradición personal. Año tras año regresa a San José para sumarse a esta fiesta del deporte.
Su historia no solo inspira, sino que también refuerza el espíritu de esta travesía: más que una prueba física, es un encuentro de camaradería y un gesto de compromiso con una causa noble.
- ¿Por qué es sorprendente?
A los 85 años, la capacidad cardiovascular, la fuerza muscular y la resistencia suelen estar reducidas en comparación con etapas anteriores de la vida. Nadar 7 kilómetros es un desafío incluso para personas jóvenes y en buena forma física, por lo que alguien de 85 años lo logre es una muestra de un estado físico excepcional, una gran disciplina y probablemente años de entrenamiento.
Sin dudas, casos como el mencionado desafían las expectativas sobre el envejecimiento y la capacidad del cuerpo humano.