Escándalo en un pueblo.
Desde hace un año hay gran conmoción en San Jerónimo Sud, un pueblo de 3000 habitantes situado en la provincia de Santa Fe, a 25 kilómetros de Rosario. Y es que en esa comunidad aparecieron fotos y videos pornográficos, aparentemente editados con Inteligencia Artificial (IA), con los rostros de 80 mujeres que denuncian son falsificados. En el hecho está involucrado un hombre de 49 años.
La difusión del contenido ocurrió en agosto del año pasado, pero el escándalo crece a medida que transcurren los meses.
La alteración de fotos y videos con otros rostros se vuelve un delito cada vez más común. Un caso reciente generó indignación cuando trascendió que un alumno de 15 años de una escuela en San Martín modificaba fotos de sus compañeras con Inteligencia Artificial para mostrarlas desnudas y así venderlas. El caso en San Jerónimo Sud es similar: se realizó el fotomontaje al utilizar imágenes de alrededor de 80 mujeres en videos y fotos con contenido sexual.
El material se subió a un canal abierto de la red social Telegram pero luego fue borrado, según consignó el medio La Capital.
Eli, una de las mujeres afectadas, habló este miércoles, apuntó contra la Justicia por la lentitud en la investigación y afirmó que ya se presentaron algunas pruebas del delito. “De un día para otro te cambia la vida con algo que vos no hiciste y que tenés que explicarle a todo el mundo que la que aparece no sos vos, dijo en diálogo con Cadena 3. “Recién el 14 de agosto de este año nos mostraron las pruebas. Es mucho el daño que causó”, insistió sobre la indignación dentro de la comunidad.
En la causa se confirmó que las imágenes fueron robadas de las redes sociales y de los perfiles de WhatsApp de las víctimas. “Son videos con nuestros rostros y con nuestros nombres y apellidos debajo. Imaginate en un pueblo chiquito, que cuando empezaron a aparecer las imágenes se armó una revolución, y esta persona fue a denunciar que le habían hackeado su teléfono. Cuando llega la denuncia otra mujer, ahí presta atención a quién era el cónyuge. En 2015 había sido investigado por Missing Children porque en su dirección de IP circulaba pornografía infantil”, sumó.
Por otro lado, sostuvo que a medida que pasaron los meses las mujeres afectadas incrementaron a 80. “No sé si comercializó o no, eso lo tendrá que decir la Justicia. Con el allanamiento llegaron las pericias que indican que todo estaba en el teléfono de este hombre de 49 años, incluso vimos que había fotos de menores. De una manera u otra, está todo el pueblo involucrado”, afirmó.
“Fue muy difícil. Hay chicas que la pasaron muy mal, que hasta hoy tienen ataques de pánico. Muchas se sintieron perseguidas, otras tuvieron problemas en el trabajo o problemas con sus familias”, dijo por su parte Ana, en una entrevista para La Capital. “Nos tuvimos que amigar con la tecnología y descargar la aplicación para poder ver qué estaba pasando. Y estábamos ahí, eran nuestras caras”, contó luego.
Días antes, otra de las mujeres afectadas se presentó en una comisaría y aseguró que se sentía perjudicada a nivel personal porque el caso era motivo de rumores y murmullos en el pueblo por la difusión de fotos sexuales asociadas a su número de teléfono. Pero, según dijo, ella no llegó a ver el material y quería saber de dónde provenían. Tras esto, la comisaría le comunicó el hecho a la fiscalía de San Lorenzo. Así, se fue armando un legajo con una decena de mujeres denunciando lo mismo, que se encontraban afectadas, pero no se tenía prueba alguna.
La investigación dio un giro cuando la Justicia comenzó a investigar al marido de una denunciante, un hombre de 49 años, y se encontró que el único antecedente penal que posee es por distribución y circulación de material pornográfico a raíz de una presentación de Missing Children, indicó el medio UNO. Frente a este hallazgo, las autoridades ordenaron allanar su casa y secuestraron seis celulares, dos pendrives, una notebook, 29 discos, una cámara y cinco archivos de memoria. El principal señalado no fue detenido y se mudó a una localidad aledaña a Roldán, en Santa Fe.
- El avance de la causa
El caso está a cargo de la fiscalía de San Lorenzo, al mando de Aquiles Balbis, quien afirmó que no es un delito de acción pública. “Son injurias a su honor y a su moral [de las denunciantes]. Tendrán que proceder a partir del delito de acción privada. Nosotros nos comprometimos a realizar una investigación para brindarles todas las herramientas para realizar una querellas privada por injuria, si así lo desean”, indicó ante la prensa.
Asimismo fue determinante sobre el principal sospechoso: “No había muchas herramientas para empezar a investigar. Lo que sí había era un consenso de que las imágenes eran un montaje y se enviaban desde un grupo de Telegram que se llamaba ‘Chicas de la zona’. Allí había un contacto asociado a una línea de teléfono perteneciente a una mujer que vivía con su pareja. Al hombre, en 2015, lo habían investigado porque Missing Children advirtió que desde su dirección de IP circulaba pornografía. Pensé que no podía ser casualidad. Hoy, a raíz del trabajo de investigación y el allanamiento que llevamos adelante, no hay dudas de que la persona a la que llegamos es la responsable”.
Sin embargo, ninguna detención o causa pesa sobre el principal apuntado. Y es que además, las mujeres presentaron una denuncia contra el número de teléfono, pero no contra el hombre. “Él sigue con su vida normal, con su negocio abierto. Muchos siguen yendo. Vemos con mucha indignación las mujeres que entran allí y son indiferentes a lo que vivimos”, expresó otra denunciante. / Fuente: La Nación