La impotencia de una familia de tamberos en Canelones: le robaron cinco vacas y cinco terneras de la raza Holando en menos de un mes y nadie sabe nada.
Un robo de 10 vacunos Holando, sin que se conozca su destino, preocupa en la zona de Canelones donde ocurrió y no solo a integrantes de la familia de tamberos involucrada, según varias fuentes destacaron a El Observador, quienes admitieron que el sector tiene otros problemas como para soportar uno más, la pérdida de capital por hurto de animales.
En menos de un mes, en el tambo de la familia Lema faltaron primero cinco vacas (cuatro de ellas en ordeñe y una seca que iba a ser entorada en otoño del año que viene) y sobre el fin de semana pasada se sumó el hurto de cinco terneras de sobreaño, también en preparación para el próximo entore de otoño.
- Robo anterior fue para faena clandestina
Ramiro Lema, quien conduce el establecimiento junto a su hermano Ezequiel y a su padre Walter –un tambo iniciado por su abuelo, Eloy–, explicó que hace unos siete u ocho años tuvieron una pérdida también muy importante, de 16 vaquillonas (14 de ellas en ordeñe), pero en aquel caso fueron faenadas de forma clandestina para llevarse la carne, por lo cual supo qué pasó con los animales, aunque nadie resultó procesado por aquel delito.
Esta vez persiste la duda sobre qué pasó con las 10 Holando que en dos tandas se llevaron del campo, dado que no se han encontrado a los animales vivos o sus restos.
El último robo, el de las cinco terneras, debió ocurrir el miércoles o jueves, dado que se dieron cuenta el viernes.
Se radicó enseguida la denuncia correspondiente, hubo participación de la Policía local, de la Brigada Especial para la Prevención y Represión del Abigeato (BEPRA) y de la Dirección Nacional de Seguridad Rural, pero de momento no hay respuestas efectivas sobre quiénes cometieron el delito y con qué finalidad.
El sistema productivo de la familia Lema, con base en un rodeo de 160 animales en ordeñe, se encuentra en la zona de Canelón Grande, entre las rutas 5 y 11, en la seccional 1ª de Canelones.
“Somos una de las matrículas más viejas de Conaprole, remitimos la producción a Conaprole”, comentó Ramiro.
Consideró, en una cuenta rápida, que esos 10 vacunos que le robaron significan una pérdida equivalente a US$ 1.000 a US$ 1.100 por vaca y de US$ 300 a US$ 400 por cada ternera. Cerca de US$ 10.000 en total.
De todos modos, la pérdida económica es notoriamente mayor si se considera el capital que se pierde por producción que deja de existir y por la descendencia que los animales dejarán de generar.
- Un problema más en el sector lechero
Además, hay otro impacto adverso, el anímico: “Esto te desilusiona, el sábado la pasamos muy mal, seguimos mal, el sector tambero está muy complicado, golpeado, está el tema de los costos, lo climático, el tema del precio de la leche y se suma esto y obviamente es algo que te quita las ganas, que te roben los animales y que no haya respuestas te deja muy mal”, reflexionó.
Ramiro comentó que también es un factor que desilusiona el saber que “hay alguien en la vuelta” que está procediendo mal, aprovechando para cometer el robo de animales, situación que genera un lógico ambiente de desconfianza.
Consultado sobre una palabra que define cómo se sienten en su familia, la expresó: “Impotencia”. / Fuente: El Observador – Por Juan Samuelle