Plantearon la situación en el Parlamento.
Convivir con cucarachas y ratas que los lleva a estar expuestos a enfermedades. Instalaciones eléctricas deterioradas que agravan los riesgos de electrocutarse. Largas jornadas de trabajo que los llevan a reproducir conductas adquiridas en la cárcel y que son llevadas al hogar. Todas estas denuncias sobre lo que viven los funcionarios de las cárceles fueron trasladas por integrantes del Sindicato de la Policía Nacional al Parlamento.
Integrantes del Sindicato de la Policía Nacional fueron recibidos el 4 de julio por la Comisión Especial de Seguimiento de Situación de Carcelaria de la Asamblea General. Ahí relataron diferentes situaciones que se viven en diversas cárceles como el exComcar, la Cárcel de Mujeres, entre otras.
Quien detalló las primeras irregularidades fue la asesora del Sipolna, Camila Francia. Francia señaló que los trabajadores cumplen un régimen de semana a semana, es decir, una semana trabajando en la cárcel y otra en su casa. Y ahí remarcó como conviven dentro de los establecimientos. «Los alojamientos donde ellos tienen que estar esa semana no están en buenas condiciones: hay humedades, muchos de los baños no tienen agua ni luz, hay falta de higiene, y las camas donde tienen que pernoctar esa semana son cuchetas con colchones muy finitos, que no les permiten tener realmente un descanso reparador«, sostuvo.
«Tampoco tienen abrigo ni calefacción suficiente ni adecuada para los meses de frío intenso. Con respecto a la comida que se les brinda es insuficiente y ellos han hecho un sistema por el que hacen colectas entre ellos para juntar el dinero necesario para complementar lo que les falta de su dieta. Los operadores muchas veces no tienen casilleros ni lugar donde guardar sus pertenencias, y donde tienen que permanecer muchas veces hay ratas, suciedad, hongos y los baños están en mal estado«, explicó.
Francia aseguró que el sindicato pelea para que el trabajo sea considerado insalubre y así poder recibir una partida extra.
- Conductas en las cárceles que se trasladan al hogar
Por su parte, el secretario general de Sipolna, Fabricio Ríos, explicó como las largas jornadas de los trabajadores, que pueden llegar hasta las 400 horas por mes, lleva a que reproduzcan «costumbres» que tienen «los privados de libertad por los largos períodos» que conviven con ellos. «La forma de hablar del policía y la del privado de libertad es la misma. Es como si todo el tiempo consumieran los gestos o palabras que tienen los privados de libertad, pero no está bueno que lo reproduzcan en sus casas«, aseguró.
«Quienes las han visitado saben que a veces a los policías les afecta estar doce horas escuchando el golpeteo o el grito constante, las peleas, o tener que sacar a las personas mutiladas, lastimadas, muertas o en las peores condiciones. Lamentablemente, los policías van normalizando esa situación, además de que no tienen una atención psicológica como correspondería. Entonces, eso también va empeorando la salud mental del policía», agregó.
- «Instalaciones eléctricas caídas» en las cárceles
A su vez, el último en repasar las condiciones edilicias fue Andres Gandini, directivo del Sipolna, quien detalló que en el exComcar «hay instalaciones eléctricas caídas y el sistema eléctrico está arreglado de la misma forma que en los módulos (…) atados con bolsas quemadas con fuego, sin cinta aisladora».
«En el ex-Comcar es impresionante la cantidad de ratas que hay. Inclusive, hace menos de un año salió en la prensa una rata metida en un casco que hacía diez minutos se había utilizado para una requisa. Así sucede con todas las indumentarias, que cuando se van a utilizar hay que sacudirlas, por las cucarachas y por las heces de las ratas«, sostuvo.
A su vez comentó que en la Cárcel de Mujeres hay un sector «en el que las policías femeninas trabajan donde hay aguas servidas que caen desde el techo, que vendría a ser el sector en el que tienen la cocina, la heladera y un baño. En el baño hay que llevar un paraguas porque los días de lluvia se mojan más adentro que afuera».
«Nuestro planteamiento es que ningún trabajador tiene que desempeñar sus tareas en esas condiciones. Se están violando tratados internacionales y todos los derechos y normas laborales que rigen las condiciones mínimas en las que un trabajador tiene que desempeñarse. Por supuesto, los privados de libertad también los tienen, pero los trabajadores, los funcionarios policiales y los operadores carcelarios no lo son y están en el mismo medioambiente. Lo peor es que les afecta su salud y luego no son compensados correctamente; eso es a lo que también estamos apuntando. Hemos peleado bastante por la partida de insalubridad, para que se reconozca este trabajo como insalubre, pero todavía no lo hemos logrado», concluyó Francia. / Fuente: El Observador