Los albicelestes, defensores del título continental, derrotaron a los norteamericanos 2-0 con goles de Julián Álvarez y Lautaro Martínez.
El juego inaugural de la Copa América 2024 tuvo un arranque con el conjunto norteamericano presionando a los campeones del mundo y apostando a las bandas con ataques rápidos, algo que sería la tónica de la primera mitad.
Al minuto de juego Larin avisó y el Dibu Martínez tuvo su primera intervención, pero Argentina respondió de inmediato con una patriada de Acuña que entró al área rival, caracoleó, buscó la personal y, cuando no tuvo espacio, descargó para Paredes que pateó apenas por encima del travesaño.
Ambos rivales buscaron el protagonismo, con el conjunto albiceleste con mayor peso y posesión, pero ante un rival bien plantado y con salidas de contra veloces.
Di María era el más movedizo, asociándose con Messi y Julián Álvarez, pero el arquero, en un par de oportunidades, y la falta de precisión en los últimos metros, le negaron la apertura a los de Scaloni.
La albiceleste movía el balón con paciencia tratando de penetrar a un generalmente ordenado equipo canadiense, que encontró en Davies su carta desequilibrante.
A los 30 lo tuvo Acuña y a los 40 Mac Allister exigió al arquero Crépeau. La primera mitad se iba con la sensación de que el gol argentino estaba al caer, pero Eustáquio estuvo a punto de marcar la apertura e hizo transpirar a Martínez, que tuvo una salvada de esas que son su marca registrada. En tablas se fueron al descanso.
La segunda parte comenzó con Argentina imponiendo las condiciones, y cuando iban apenas dos minutos Messi se la puso redonda en el área a Mac Allister, que fue a eludir al arquero y este lo derribó; era un claro penal, pero Julián Álvarez tomó la pelota que quedó en el rincón derecho del área chica y puso el gol albiceleste, que a esa altura era merecido.
Los diez minutos siguientes fueron de ahogo para los canadienses, porque Argentina pisó el acelerador, se hizo de la pelota y cometía errores defensivos. Más aún: enseguida del gol Álvarez ensayó una tijera en el área que pudo haber sido el segundo.
A los 63, el fondo argentino se durmió en una mala salida y otra vez tuvo que intervenir Martínez. Segundos después, otra vez el arquero cortó un centro rival y puso con un centro en carrera a Messi. El rosarino entró al área pero Crépeau le contuvo el tiro; en el rebote la picó sobre el defensa pero no alcanzó a llegar a cruzar la línea.
Y, en la jugada posterior, otra vez los de rojo pusieron en aprietos al portero del Aston Vila. Tras esa jugada, Scaloni sacó a Di María, de inmenso desgaste, para el ingreso de Lo Celso, con el fin de bajarle la intensidad al partido.
A partir de ese momento Canadá tomó la manija del partido, le sacó la pelota a Argentina y complicó en cada ataque, desnudando ciertas desinteligencias en el fondo albiceleste.
A los 75, Ottamendi por Paredes y Lautaro Martínez por Julián Álvarez fueron las variantes que ensayó Scaloni para ordenar al equipo, dejar de sufrir y ponerle explosión en el ataque.
A los 79 Messi pegó una corrida habilitadisimo ante la pasividad de los centrales norteamericanos y quiso su gol, aunque venía Lautaro Martínez por izquierda. El del Inter Miami la tocó al palo izquierdo y se fue apenas afuera.
A los 83 fue el propio Lautaro el que intentó vulnerar al meta canadiense, que le ahogó el gol. En esa jugada el pase fue de Messi, que se llevó un durísimo rodillazo.
Minutos después sí, les salió. Una bonita jugada que se armó desde el medio derivó en Messi, que la puso filtrada para Lautaro Martinez, que con sangre fría la tiró por encima de Crépeau, para facturar el segundo.
De ahí en más, el albiceleste controló las acciones, con Dibu Martínez jugando como asistidor poniendo centros precisos a los extremos. La última del partido fue para Messi, de tiro libre, que fue a las manos del arquero.
La selección campeona de América y del mundo inició con buen pie su defensa del título ante un rival que le plantó cara.