La recta final hacia las elecciones internas 2024 lleva a los partidos a redoblar esfuerzos en la repartida de listas.
El militante ofrece una lista del Partido Colorado y un joven que aguarda en la parada la rechaza con amabilidad, pero aprovecha a preguntar:¿Cuánto pagan por el reparto de listas?.
La paga varía. $1.000 por día cobra Ricardo Urse por repartir durante seis horas de lunes a viernes las listas del colorado Andrés Ojeda en el Centro. «Entré por internet. Había una página para anotarse a repartir listas, me anoté y me llamaron», cuenta a El Observador.
Vive de «changas» y «cosas que van saliendo», y la campaña de cara a las internas le resolvió las próximas dos semanas.
A Cristopher le tocan $1.000 diarios por jornadas de ocho horas, repartiendo de lunes a domingo las listas del precandidato blanco Jorge Gandini.
«Para conseguir el trabajo tenés que ir a un local de la lista y preguntar si están recibiendo gente. También te pueden precisar para doblar listas. El único requisito es que precisás un teléfono fuerte que la batería le dure ocho horas, para que se comuniquen cuando vas a comer o vas al baño y justo pasan a verte por el puesto».
Tiene 19 años, es del Cerro y aún no decidió si debutará en las urnas el 30 de junio, y menos aún si se decantará por votar al candidato de la campaña que lo emplea. Estudiaba Gastronomía pero no tenía trabajo, y llegó «por un amigo que está metido en política», aunque dice no recordar cómo se llama. A él le toca instalarse con un puesto en la plaza Cagancha.
«Los controladores avisan por el grupo (de WhatsApp) que están pasando y van por cada punto para reponer listas. Pasan un listado para ver que estés durante la mañana y la tarde, que estés todo el día acá», cuenta.
El joven duda al responder qué se vota el 30 de junio: «Son (elecciones) del presidente, que no es el presidente que van a elegir ahora, sino elegir –ahora no me sale la palabra– diputado para Montevideo».
Militantes, dirigentes y viáticos
Salvo el Frente Amplio, que elige su orgánica en comicios aparte, los partidos del oficialismo se juegan en esta parada la elección de sus convencionales para dirimir luego las bancas al Parlamento e intendencias, lo que los suele llevar a poner toda la carne en el asador. Así fue que en 2019 el Partido Nacional prácticamente dobló en votos a la izquierda.
El Frente se propuso para este año llegar a los 400 mil votos y recibir el espaldarazo de ser la primera fuerza de cara a octubre, objetivo que plantea a la inversa en sus actos el nacionalista Álvaro Delgado.
“Es evidente que es muy desigual la campaña. Hay caras que las ves en todas las columnas”, denunció el senador comunista Óscar Andrade en un acto el domingo. “Montón de gurises que están repartiendo listas y te dicen por lo bajo: ‘Estoy laburando, perdoname’”.
Cada uno resuelve como puede y las horas de dedicación en plena semana conllevan en muchos casos colaboraciones.
Las dos militantes del gazebo de la lista 46 en la plaza Cagancha cobran $700 por día –»un viático por si querés tomarte un café o comer algo», cuentan a El Observador–, por tareas que implican «repartir listas e ir a los actos». Esta lista encabezada por el diputado Mariano Tucci integra el Espacio 609, que respalda a Yamandú Orsi.
A pocos metros en la misma plaza, el dirigente del MPP Ismael Smith encabeza la distribución de listas del sector de José Mujica, que llena el ambiente con el jingle de «Vamos Pepe» con el que se consagró en 2009. Llevan adelante la misma tarea pero por la lista 77 los candidatos a diputados de la Vertiente Artiguista, Gabriela Valverde y Santiago Brum. De igual manera asisten esa tarde de lunes los dirigentes de El Abrazo, que también militan por Orsi.
«No tenemos personas rentadas –sí en el área de comunicación, que profesionalizamos–. Repartir listas, ensobrar, es a pura militancia voluntaria», dice a El Observador la diputada Cristina Lustemberg, que recibe saludos de peatones y hasta del chofer de la línea 103 que abre la puerta del ómnibus para gritarle que la votará a ella.
Por las mañanas, el hombre colabora doblando listas en el local del PAR, su sector, dice la diputada.
Lustemberg reconoce que la falta de personas repartiendo listas los «complica», pero alega tener «muy pocos recursos». «¿Sabés lo que nos sale a nosotros imprimir las listas?», cuestiona con la rosada 949 en la mano.
Los grupos más chicos del Frente suelen reparar en la asimetría de recursos con los sectores grandes –como el MPP y el Partido Comunista–, ya sea porque esos tienen más espalda para pagar por el reparto de listas, o porque cuentan con más dirigentes rentados o con dedicación total para hacer política y empujar la logística.
El referente de una lista que respalda a Carolina Cosse transmite a El Observador que pagan de $1.200 a $1.500 por día para poner mesitas y repartir hojas. Otro militante de ese espacio apunta que dan viáticos de $500 para quienes sostienen puestos fijos en las ferias. La lista 2040 en Montevideo, por ejemplo, perdió al menos cinco integrantes cuando la agrupación se negó a pagar por la militancia, informaron fuentes políticas.
“Trabajo seguro y fijo”
En un punto icónico sobre 18 de Julio, dos mujeres se juntan para repartir listas del Partido Nacional: una lo hace por la 71 que respalda a Laura Raffo y la otra lleva la 404 de Álvaro Delgado.
Las dos niegan estar cobrando por esa tarea, aunque al cabo de unos minutos de conversación, la primera reconoce que era policía y que se quedó “sin trabajo” en 2021. “Con esto sí espero un trabajo seguro, un trabajo fijo”, confía.
La propia senadora Graciela Bianchi se quejaba tiempo atrás en una comisión del Parlamento: “Nos culpan a nosotros, pero cuando nos eligen, a los cinco minutos están llamando para ver qué podemos darles”.
A lo largo de todo el país, las estructuras resuelven como pueden. Un diputado oficialista de Canelones –que pidió no ser citado– dijo a El Observador que “no es fácil para nadie armar células en todos los barrios”, por lo que los “militantes” pagos se concentran en las “ciudades grandes” como Pando y Las Piedras.
Solo en la Ciudad de la Costa, por ejemplo, este dirigente relata tener que financiar 19 puestos, entre los que cada día deben distribuir unas 3 mil listas. Y esa logística en cada ciudad. “Es una plata”, confiesa.
Un dirigente de Aire Fresco en Montevideo –el sector que se aventura que será el más votodo del Partido Nacional en estas internas– asegura que el grueso de las hojas salen de los 22 puntos de distribución de listas que mantienen “militantes auténticos”, desde Rivera y Soca hasta el Nuevocentro Shopping.
“El afecto que le pone un militante siempre es un plus. Varios que son de la actividad privada los últimos días antes de la elección, por tradición, queman de su licencia para dar su aporte”, valora este referente. La parte rentada, plantea, se terceriza a través de un courier para repartir listas en cuadras de edificios.
Milton De León terminó repartiendo listas para el colorado Guzmán Acosta y Lara en la plaza Cagancha a pesar de que no lo conocía “para nada” antes de la campaña. “Yo iba para Pocitos a entregar un currículum a una empresa de seguridad, pero justo pasé por el comité de Rondeau y pregunté. Y me dijeron: ‘¿Cuándo querés empezar, hoy o mañana?’”.
Cada día recibe $700 en la mano por estar de lunes a viernes desde las 10 hasta las 17, pero no piensa asistir al cuarto secreto el 30 de junio. “Yo hace cinco elecciones que no voto”.
De León concibe a los partidos políticos como meros empleadores: “Vos negociás, unos te pagan más, otros menos. La política realmente es una empresa. Te trabajan, que ‘te voy a dar esto y lo otro’, pero pasaron las elecciones y se olvidaron de cómo te llamabas”.