La uruguaya contó por qué es que no soporta que le masquen chicle al lado.
Cuando Natalia Oreiro oye a alguien que mastica un chicle o que presiona el botón de una lapicera enseguida lo sabe: no va a poder salir de esa situación. Ansiedad, palpitación, sudor frío. Sensaciones que la actriz uruguaya siente cuando está cerca de alguno de esos ruidos. Y esta extraña reacción se debe a que padece misofonía, una extraña enfermedad neurológica en el que algunos ruidos pueden provocar altos niveles de ansiedad, disgusto, ira extrema y miedo.
Así lo contó Oreiro el pasado lunes en una entrevista con Santiago del Moro, pero también lo contó en 2018 cuando se sentó en el sillón de Cortá por Lozano. «Les quiero contar que el 7% de las personas tienen lo mismo que tengo yo que se llama misofonía, que significa odio al sonido. Es algo neurológico», explicó la uruguaya en diálogo con Verónica Lozano y contó que descubrió que tenía este trastorno de adulta, después de haber hecho de todo para entender qué era lo que le pasaba.
Además, en la entrevista de esta semana, la uruguaya aclaró que no es una enfermedad psicológica -porque el periodista le preguntó si tenía que ver con un trastorno obsesivo compulsivo- y que no tiene cura.
«El chicle para mí es el punto máximo, la lapicera también. Hay un grupo en Argentina que tiene esta patología. Yo por ejemplo, me subo a un auto y si el señor que maneja está con un chicle me pongo directamente auriculares», ejemplificó la cantante para explicar lo que le sucede con los sonidos.
Se trata de una batalla que la acompaña desde hace varios años. Según contó, cuando le tomaban exámenes en el colegio tenía que cambiarse de salón porque los ruidos le impedían concentrarse.
Esta enfermedad, que también se conoce como Síndrome de Sensibilidad Selectiva al Sonido, tiene que ver con la intolerancia a ciertos sonidos cotidianos producidos por el cuerpo de otra persona (por ejemplo, comer, sorber, masticar) o cuando se generan en contacto con algunos objetos (como es el caso de la lapicera). Y esa hipersensibilidad responde a sonidos por debajo de una conversación normal (de entre 40 y 50 decibelios). Los síntomas de esta patología se presentan generalmente entre los 10 y los 12 años. / Fuente: El Observador