6 de Diciembre de 2014.
PITITÍ: Hoy cumpliría 95 años Raúl O. Vitette, “Pitití”. Lo conocí y lo comencé a tratar cuando él ya era “viejo”, y yo un “gurí”. Un “viejo lindo”, lleno de anécdotas, plagadas de blanco y negro. Me enseñó a querer, respetar, valorar y disfrutar de la historia de nuestro querido CLUB ATLÉTICO CENTRAL.
Cada pocos días aprontaba el mate e iba a su casa a conversar un rato. Escuché muchas veces los mismos cuentos, pero escucharlos de alguien que los vivió y que fue una parte muy importante de nuestro querido club, era disfrutable.
En 2006, el día que asumí como Presidente de Central, en la tarde, antes de la Asamblea, fui a su casa como “a pedir permiso”. Cuando le comenté que iba a ocupar ese cargo, no solo se emocionó, me aconsejó, sino que además me obsequió un gemelo del año 1959, de cuando Central cumplió 50 años y me hizo la historia de cuando los mandaron a hacer a Buenos Aires. Lo guardo como un tesoro.
En ese año Central a modo de homenaje en vida, solicita a la Liga que el torneo apertura llevara su nombre. Esa copa quedó en Central y por suerte también la de la Liga Mayor a fin de año, luego de 21 años de sequía.
Tuve el privilegio de ver junto a él, mano a mano, sentados en el pasto, detrás del arco de la entrada al “Camunda Gil”, el último partido que vió de su querido club. Fue por la copa del interior de 2007, enfrentando a Rampla de Villa Colón. Me mostraba la cicatriz en la cabeza, producto de la operación.
Unos meses después, el 1º de Junio de 2007, nos dejó. Él era el presidente honorario de Central y luego de su fallecimiento, nadie ha ocupado ese cargo de honor. Se fué cubierto con los colores por los que dió su vida, su tiempo, su aporte incalculable.
Al otro día de su despedida, su señora me llama para decirme que como era de los pocos que iban a charlar con él, me quería obsequiar algunas pertenencias del “Piti” que tenían que ver con Central.
Dejé pasar unos días porque me parecía demasiado atrevimiento. A los pocos días me vuelve a llamar para que fuera a levantar esas “pertenencias”. Fuí volando. Cuadros, banderines, fotos, recortes… fue muy emocionante ver como atesoraba algunas cosas.
Me queda en la memoria la infinita “educación” que me dió. Aprendí a QUERER a Central. No es una palabra para decirla por cualquier cosa. Hasta estos días en que se encuentra una foto suya en la sede… cada vez que me retiro, la miro y le digo “TA MANANA PITITÍ”. Una frase anecdótica, pero de un profundo arraigo en nuestro club. Él sigue presente.
Hace algún tiempo “Luichi”, un nieto suyo, me regaló el tradicional sombrero que usaba todos los días. Son cosas que a uno le hacen sentir cosas raras y además del incalculable valor afectivo.
Un 6 de Diciembre de 2002, hace hoy 11 años, comenzaba un nuevo ciclo en Central. Tras la presidencia de Mariano Amengual, y en esa oportunidad bajo la presidencia de Roger Camy (hijo) un grupo de amigos, hinchas de Central, “tomábamos las riendas del club”, justo el día del cumpleaños de “Pitití”. Es otro motivo para recordar esta fecha.
Pero sin dudas que si bien tuve el privilegio de conocerlo, quiero extractar las palabras del Esc. Juan Antonio Oxacelhay en representación de Central (además su amigo), en el homenaje que se le tributó a “Pitití” en 1964 en el 75 aniversario de Central. Entre otros conceptos dijo: “Raúl Vitette ha sido digno del club que honra tenerlo en sus filas. Aprendió a querer a Central desde pequeño, enronqueció su garganta victoreando su nombre desde las tribunas. Supo ser modesto en las victorias y sereno en las horas de derrota. Se adentró profundamente en la rueda cordial de amigos que lo integran y finalmente ingresó a los planos dirigentes rodeado del afecto y la esperanza de todos” Más adelante afirmó: “…por legítimo derecho de conquista se ganó un lugar de privilegio entre los grandes dirigentes que ha tenido esta institución” (Este acto aconteció el 3 de Octubre de 1964 en salones del Club San José)
SALUD “PITI” Desde donde estés, seguro que estás siguiendo los pasos de tu pasión, de tu querido CENTRAL! Y Gracias a Dios… vamos por buen camino! Salú!
*Por Jorge Gutiérrez Pérez