Lifan lleva más de nueve meses paralizada y su reactivación sigue dependiendo de la evolución que tenga el mercado brasileño, cuyas señales por el momento no son favorables, con ventas que siguen mostrando un bajo desempeño.
El último embarque de vehículos se concretó a fines de 2015 y por ese entonces la mayoría del personal pasó a seguro de paro.
La compañía tenía expectativas de poder retomar la producción en el correr de este año, pero como las condiciones no se modificaron esa posibilidad quedó descartada.
Pese al panorama adverso, la automotriz china resolvió que mantendrá la inversión en Uruguay, y por estos días trabaja en un nuevo plan para definir de qué forma volverá a la actividad.
Según informó al diario El Observador el vicepresidente de Lifan Motors Uruguay, Pablo Revetria, la idea inicial es volver a producir en el correr del año próximo, pero con volúmenes bastante menores a los que se tenían anteriormente en la fábrica.
El año pasado se alcanzó una producción de 6.400 vehículos, pero ahora se prevé recortar esa cantidad a entre 2.000 y 2.500 unidades anuales dependiendo de la fecha de reinicio.
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