Los autores de la explosión del cajero del Scotiabank no habrían elegido al azar el horario utilizado para cometer el ilícito, que ocurrió sobre las 4 y 20 de la mañana del sábado como ya se ha informado.
Según supo San José Ahora, a las 5 de la mañana hay cambio de turno en Seccional 1ª, pero los patrulleros pertenecientes a la dependencia, deben ser entregados en condiciones por los funcionarios salientes.
Esto implica que un rato antes de esa hora, los vehículos -solamente dos- deben pasar por el lavadero, lo que provoca que, automáticamente, su disponibilidad sea limitada durante cierto período de tiempo.
Posiblemente en conocimiento de este procedimiento, los delincuentes habrían aprovechado ese «hueco» para actuar con la tranquilidad que lo hicieron y sin el peligro de ser interceptados por la Policía.
De todas formas, y como también se informara, en su huida arrojaron clavos «miguelitos» sobre calle Artigas a los efectos de retrasar aún más cualquier posibilidad de persecución inmediata.
TEMOR. Los vecinos del edificio de apartamentos que se encuentran encima de la dependencia bancaria, escucharon claramente la explosión. «Pegaron un salto que quedaron todos con el corazón en la boca» dijeron familiares de algunos de los residentes.
Pero el impacto fue tal que optaron por no asomarse a observar qué podía haber ocurrido, ante la presunción de que se trataba de algo inusual que podía poner en riesgo sus propias vidas.
De todas maneras, fue una vecina del inmueble la que llamó a la Policía minutos después de ocurrida la explosión y ya repuesta de la sorpresa provocada por el estallido.
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