La Comisión Departamental de Patrimonio elevó a su par nacional el caso del querubín de la pirámide de la Plaza «33», tirado al suelo la semana pasada por desconocidos.
Es que se trata de un monumento histórico nacional y cualquier intervención sobre el mismo requiere su anuencia.
Uno de los principales dilemas radica en la forma en la que se procederá para su reconstrucción, a la luz del fallecimiento del escultor Heber Riguetti,
Riguetti fue el responsable de la recuperación del que cayera en el 2013, en el marco de festejos desmedidos de la Semana de la Juventud.
El querubín permanece en dependencias de Jefatura de Policía; desde la Comisión aseguran que está muy dañado y que su restauración no será sencilla.
Paralelamente se analizan medidas para que episodios como el acontecido no se reiteren; mayor vigilancia o algún vallado perimetral son opciones que se manejan.
En tanto, y hasta que la escultura vuelva a ser colocada en su lugar, la ausencia podría aprovecharse para intentar sensibilizar a la población.
En tal sentido, se evalúa colocar en forma provisoria algún elemento que haga notar su falta y que, a su vez, llame a la reflexión a la ciudadanía.
- Lee también: Caso del querubín: “dos o tres salieron corriendo”