Golpes de puño, patadas y todo tipo de improperios hubo en la tribuna del Estadio Casto Martínez Laguarda.
Cuando ya se le había entregado el Trofeo de Campeón a Río Negro dentro del campo de juego, se desató una batalla campal en la Tribuna Lavalleja del Estadio Casto Martínez Laguarda.
Unos festejando, otros tristes por la derrota y no más que eso debería ser el final de cada encuentro, con mayor responsabilidad aún –en este caso- ya que es una categoría con chicos menores de 15 años.
Aclaramos que no hubo insultos hacia los rivales de parte de los hinchas, en su gran mayoría familiares de los protagonistas, no obstante la tensión fue creciendo hasta que un parcial saltó hacia la tribuna y allí lo acompañaron otros más, registrandose las agresiones antes mencionadas entre allegados de uno y otro club.
Se vivieron momentos de mucho nerviosismo por parte de mujeres y niños que se encontraban en dicha gradería. Vale decir también que en su gran mayoría las personas que se encontraban cerca de los disturbios trataron en todo momento de apaciguar los ánimos de los más exaltados.
No fue el final que seguramente los protagonistas querían tener del partido más importante del año, también creemos firmemente que los involucrados deben estar totalmente arrepentidos de los hechos suscitados, ya que no estamos hablando de “barras bravas” sino que son personas trabajadoras que perdieron los estribos en un momento de muchos nervios.
De igual manera son hechos repudiables desde todo punto de vista y más si tenemos en cuenta la alarma pública que reina en la actualidad en nuestro deporte, donde por los colores de un equipo ésto le ha costado la vida a más de una persona.
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