En las últimas horas en la redacción de sanjoseahora.com.uy recibimos el aporte de Damián Morales, uno de nuestros tantos lectores, que se refiere a la problemática de la violencia en el fútbol con un nivel digno de compartir con el resto de nuestros usuarios.
Sos de la «B»
«Porque los jugadores me van a demostrar… que lo llevan adentro, como lo llevo yo», varias veces nació de esa tribuna el canto/reclamo, que como un «virus contagioso», nos ha infectado a tal punto de corearlo a garganta partida, para que baje de todos los rincones del Estadio a la cancha.
Algunas veces resultó y nos fuimos felices porque sentimos que lo ganamos «todos juntos la Barra y los jugadores». O sea que, ese cúmulo de energías emanado de la garganta pero que proviene del alma, nos hace parte de la victoria. Nos da sentido de pertenencia.
Esta vez es al revés, esa tribuna donde nacen los «virus contagiosos», está infectada hace mucho tiempo y no hace otra cosa que infectar todo lo que tenga que ver con ella. Un mundillo de «códigos», «silencios», «transas» que involucran a propios, dirigentes y hasta popes de todos los ámbitos. Ni yo que escribo, ni vos que lees, tenemos idea de lo que pasa ahí adentro. ¿La prensa? Desvía el foco de la atención o compra bidones de nafta para «apagar el fuego». ¿La Justicia? está lejos, jueces atados de mano por falta de pruebas, ejecutando códigos penales arcaicos en una sociedad que cambia a ritmos vertiginosos.
Pero más alla de eso, llegamos al punto donde no importa el delito, no nos afecta si hay heridos o muertos, lo único que realmente nos duele es lo deportivo. Si se suspende un partido, si se juegan los venideros a puertas cerradas o el revulsivo más grande: «la quita de puntos». Parece que fuera lo único que les duele a los dirigentes, que escarban entre códigos futboleros para encontrar «lagunas» que permitan que siga «la fiesta del fútbol», con el menor daño deportivo posible.
Hay que decir ¡BASTA!, hay que pedir que nos manden a la B. Que el castigo sea el infierno de los sábados de mañana y la deshonra eterna del rival del frente. Así sin más, a sangre fría, con mano dura, que es lo que falta.
La «Barra» y los dirigentes ya perdieron la categoría hace rato, que sean ellos los que lleven el estigma de hundir a nuestro equipo.
Nuestro equipo es un decir, porque dejó de serlo hace rato. Mandan ellos adentro y afuera de la cancha. Ya no importa si la pelota pega en el palo y entra o pega en el palo y sale, lo que importa es que siga la «fiesta» y sacar el mayor provecho de la misma.
Así que paguen. Paguemos. Porque vos que lees, y yo que escribo amamos estos colores y vamos a tener que pagar también. Si alguna vez lo ganamos » todos juntos la Barra y los jugadores», esta vez es al revés. No lo merecemos, pero la pertenencia es así.
*Aporte de Damián Morales