Terminaron las olimpiadas de Río de Janeiro y se podría decir que ya nadie se acuerda de ellas. Si le preguntan al seguidor de deportes promedio, al mencionar olimpiadas se le viene a la cabeza los nombres del velocista jamaiquino Usain Bolt o del nadador estadounidense Michael Phelps. Otros, en Uruguay, recordarán la medalla de plata conseguida por el ciclista Milton Wynants, pero seguramente si los apurás y preguntás en qué edición del mega evento del deporte la consiguió, me juego la cabeza que muchos ya se olvidaron.
Ahora, si me preguntan a mí, ninguna edición de los juegos va a poder igualar a las Olimpiadas que hacíamos con los pibes de mi querido barrio Colón en complicidad con el INVE 3.
Cuando teníamos 10, 11, 12 años de edad no parábamos de inventar cosas para quemar las horas de nuestra existencia, y si podíamos hacer de eso algo que generara rivalidad en el grupo, mucho mejor. Fue así que incentivados por Barcelona 92 decidimos organizar las primeras olimpiadas barriales…