Los tamberos venían mal y las intensas precipitaciones de los últimos días terminaron de complicar aún más las cosas.
El exceso de lluvias hará mermar la producción en los establecimientos y lo que es peor, muchos de ellos –aseguran- quedaron al borde de la desaparición.
No obstante, otros productores aseguran que si bien van a bajar las remisiones a planta entre un 10 y 15%, no creen que peligre no la producción total ni el abastecimiento de leche a la población.
Aseguran que recuperar el nivel será muy difícil, dado que los animales no pueden ingresar a los campos a pastorear, los caminos están muy dañados y tanto barro representa un riesgo sanitario para las vacas.
A todo esto se le suma la mortandad de animales como consecuencia de la crecida del Río San José y sus afluentes.